Higado y su conexión con la emociones

El hígado es un órgano fascinante y multifuncional, considerado el más grande del cuerpo humano y esencial para la vida. Su importancia radica en la dualidad de sus funciones: por un lado, participa en la digestión al secretar bilis, facilitando la descomposición de grasas, y por otro, actúa como un filtro supremo de la sangre, asegurando su pureza y calidad nutritiva e inmunitaria. Este papel purificador es esencial para mantener la homeostasis del organismo, ya que el hígado filtra toxinas, metaboliza nutrientes y participa en la coagulación sanguínea, entre otras tareas vitales.

El flujo sanguíneo y la nutrición hepática

El hígado recibe un doble suministro de sangre, lo que subraya su importancia en la regulación del cuerpo:

  • A través de la arteria hepática, que le provee oxígeno directamente desde el corazón.
  • Por la vena porta hepática, que transporta los nutrientes absorbidos en el intestino delgado.
    Estos dos flujos se combinan dentro del hígado y desembocan en la vena cava inferior, permitiendo la redistribución de sangre enriquecida hacia el resto del cuerpo, asegurando que cada célula reciba los nutrientes necesarios para su óptimo funcionamiento.

El hígado y su conexión con las emociones

Las afecciones hepáticas suelen revelar conflictos internos que no logramos procesar. Entre las emociones vinculadas a este órgano destaca la cólera, cuya presencia constante o represión puede desequilibrar su funcionamiento. Cuando una persona expresa su frustración de manera agresiva, moviliza una gran cantidad de energía hepática en esa dirección, lo que puede reducir la eficacia del hígado en sus funciones digestivas y de filtrado. Por otro lado, si la ira es reprimida de manera sistemática, la densificación de la energía en el hígado puede predisponerlo a patologías más severas como la hepatitis o la insuficiencia hepática.

Otro aspecto clave es la relación del hígado con la percepción de la propia identidad y autoestima. Las tensiones en este órgano pueden reflejar dificultades para aceptar nuestros afectos y la imagen que los demás nos devuelven. La energía hepática influye en nuestro grado de satisfacción y alegría de vivir, y cuando esta se ve afectada, puede generar sentimientos de amargura y una sensación de que el mundo exterior no nos reconoce como desearíamos.

 

La búsqueda de identidad y el equilibrio yin-yang

La energía del hígado está vinculada con la introspección y la construcción de la identidad. Cuando surgen problemas hepáticos, la pregunta inconsciente que puede estar presente es: "¿Quién soy?", pues el hígado influye en nuestra conciencia personal. En contraste, la vesícula biliar, que trabaja en conjunto con el hígado, está más relacionada con la acción externa y la integración social, generando una interrogación diferente: "¿Cuál es mi lugar?". Este binomio hígado-vesícula nos da una perspectiva profunda sobre la dualidad entre el mundo interno (yin) y el posicionamiento en la sociedad (yang).

 

En resumen, el hígado no solo cumple funciones fisiológicas esenciales, sino que también representa un eje central en la gestión emocional y psicológica del individuo. Su estado refleja nuestra capacidad para procesar las experiencias, la imagen que tenemos de nosotros mismos y nuestra relación con la alegría de vivir. Cuidarlo implica tanto hábitos saludables como una adecuada gestión emocional, lo que nos permite mantener el equilibrio entre nuestro mundo interior y exterior.

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Comentarios: 1
  • #1

    Carlos (miércoles, 28 mayo 2025 23:03)

    Ya sabía que el hígado es en órgano muy importante para el cuerpo, pero no sabía que tuviera tanta importancia para la mente.
    Gracias.